25 agosto 2006

Mueve la cabeza como el perro de mi taxi...


Hace Poco tiempo atrás mi tía me regaló un perrito de peluche, me dijo: “Pa’ que lo pongas en el auto”… el gesto fue muy tierno de su parte, el peluche además es bonito y cuando le pegas en la cabeza ladra… pero lo divertido es que no sirve presionando la cabeza… hay que pegarle. El problema es que a mi no me gusta enchular la máquina… es mas, con cuea tengo colgando del parabrisas esas caritas gueonas que tiran olor, pero el perro estaba entretenido así que lo deje arriba.
Pues bien, en una de esas noches de juerga de solteros, con mis secuaces de Quillota, por esas casualidades de la vida entramos a un desconocido lugar… de esos que llaman Topless, y mi compadre Danilo no halló nada mejor que llevar el perro del auto. Al principio yo me opuse tenazmente, conociendo a mis amigos quizás donde habría de terminar ese pobre peluche, pero ya después de tanta insistencia y de las promesas de devolverlo integro dejé que lo llevara a ese antro de Satanás y de mujeres cochinas, como siempre yo fui obligado y casi torturado a subir esas escaleras, además, como estaba con penas de amor, no era malo distraerse un poco…. Pues bien, ni modo, tenia que ir a sacrificarme solo por el hecho de cuidar la integridad física de mis amigos.
Una vez adentro del tugurio, me di cuenta de que mi amigo tenía razón, el perrito era la sensación del lugar, pasaba de chica en chica y todos querían tenerlo entre sus manos… al perro… lo acariciaban y le pegaban en la cabeza solo para que ladrara… al perro… muchas veces se me perdía de vista y aparecía en los lugares mas recónditos de la alta costura femenina, con los mas variados perfumes baratos y bajo los suspiros de las parroquianas.
Incluso, en algún momento se transformó en perro policial, y fue un momento muy chistoso pero a la vez súper tenso, cuando llegaron los carabineros, las minas se escondieron, la música se apagó y lo único que se escucho fue el ladrido del perro, hasta los pacos se reían.
Pero el momento crucial que el perrito vivió esa noche fue con un show de una chica, algún chistoso lo tiró al escenario y ella no encontró nada mejor que hacerlo parte de la performance, sacó aplausos, todos ladraban y el perro gozaba a radiar… claro… nosotros también, apoyando a nuestro partner de felpa.
En fin, esa noche fue muy chistosa gracias a nuestro ya inseparable compañero de carretes, es increíble lo que puedes hacer con un simple perro de peluche si estas prendido en una noche. Claro que, al día siguiente, mi compadre canino pasó por una buena desinfección y ahora nadie… absolutamente nadie, me saca el perro del auto, a menos que sea por una buena causa.

17 agosto 2006

Alejense!!! No soy gay!!!


Yo no tengo nada contra los gays, me da lo mismo… pero quiero comentar con ustedes algunas situaciones ocurridas a este pobre heterosexual.

Mi primer acercamiento desagradable fue hace un tiempo atrás, después de la oficina nos fuimos a carretear a suecia, unos copetes y después bailando ahí mismo, había varios de la pega, hasta el gerente. Lamentablemente éramos número impar y más encima dispareja, o sea sobraba un wn… Bueno, en un momento que fui al baño y volví caché que todos bailaban aparejados así que me puse a gueviar solo con mis colegas en la pista… grueso error… pues fui blanco de un tipo que me miraba desde el escenario, me vio bailando solo y fue a mi caza… fue terrible… por mas que me corría el tipo me bailaba al lado… la gota que rebalsó el vaso fue cuando ya lisa y llanamente me bailó poniéndome el poto… NOOOOOOO… eso fue suficiente como para decirle: “Ya para wn… para!!!”… por suerte cachó y se fue de allí, aunque seguía mirando desde su mesa… obviamente ya no lo pase tan bien e insistí que nos fuéramos a otro lado… pero yo estuve meses aguantando las tallas de mis compañeros de oficina, meses…

Otra situación similar la viví hace poco, en una disco en Valparaíso. Estábamos con una amiga haciendo la hora para un “carrete” y decidimos entrar a un local en la subida ecuador pa’ tomar algo. Subimos al tercer piso y había un interesante grupo de música de los 80’s, interesante porque no se ve muy comúnmente y porque es chistoso recordar esos temas añejos. Bueno, como era de esperar, el ambiente con esa música era un poco más “raro”, pero piola, estaba entretenido…. Y la misma historia un tipo bailando desaforadamente me miraba fijamente… me bailaba wn!!!... me bailaba!!!... por suerte estaba con mi amiga y ella me protegió de una inminente proposición danzarina. Pero también ella me molestaba, y siguió molestándome por mucho tiempo.

La última que me pasó fue en Valparaíso también. Era de noche y yo iba en el auto hacia viña, de pronto paro en un semáforo y al lado se para un auto lleno de weones… las típicas llenadas de autos chicos pa’ ir a un carrete, me indican que baje el vidrio e inocentemente lo hago, porque tenían cara de pregunta. Efectivamente me preguntaron “¿Cómo llego a Santiago?”… a lo que respondo con la forma mas corta para llegar a la ruta 68, ellos escucharon atentamente y empezaron a espetar frases como: “Ay, que amable… wachito” “Papito vamonos juntos…” y hasta un “Llévame contigo…” Fue el semáforo más largo de mi vida y más encima atrás de nosotros había mas gente, una vez dada la verde, avancé y ellos doblaron… pero los autos que venían de atrás se ponían al lado mío y me agarraban pal’ gueveo… también iban llenos y con copete, yo no pescaba pero sentía las miradas y las tallas. Esa por lo menos fue más chistosa y tenía la protección que iba solo en el auto.

Por que no me pasa lo mismo pero con minas?... que acaso solo soy gusto de gays?... Ya van tres cuaticas ocasiones… a la cuarta ya verán la ira de un heterosexual… les juro que me voy a enyegueceeeer!!! Jajaja… es talla por si acaso.