30 noviembre 2007

Minas!!!


Hablar de mujeres siempre es complicado, por las consecuencias que trae tirarles una talla o simplemente pasar a llevar algún sentimiento escondido por ahí, de chistes machistas... ni hablar. Pues bien, alentado por las advertencias de mi suegro, que siempre me dice: “Anda acostumbrándote, weon...” y sacando la cara por todos los hombres que no se atreven a hablar por miedo a las represalias (ustedes no saben de lo que es capaz de hacer una mujer picada...) es que me atrevo a escribir estas líneas incluso a sabiendas de que cuando mi polola las lea me va a afeitar a charchazos, pero no importa, lo haré por el honor del últimamente tan vapuleado genero masculino.

Los hombres y las mujeres son estructuralmente similares, comparten el mismo número de dientes, de huesos y el mismo número de cromosomas, excepto por el último par. Es increíble como simplemente cambiando XY por un XX puede llegar a provocarse tamañas diferencias, especialmente hormonales y conductuales, que son genéricas en todos los modelos de mujeres y es inevitable... vienen de fábrica, paso a detallar.

Las minas... esas por las que todos nos hemos rendido, esas que sexualmente nos son tan atractivas, ellas... las que nos causan más de un dolor de cabeza por sus incongruencias.

- Pensamiento inverso: Realmente empelotante para la estructurada mentalidad masculina, siempre te dicen una cosa pero están pensando otra, ejemplo. Cuando dicen: “partido?, siiiii, anda no mas”, están queriendo decir: “Atrévete a dejarme sola y te corto el agua, mierda!!!”. O también: “No, no me pasa nada...”, quieren decir: “como puedes ser tan tonto que no adivinas lo que estoy pensando???!!!”. Claro, no todos aprobamos el curso de “lectura de mente”. Además si lo supiéramos no estaríamos preguntando. Una vez me paso con una mina que me gustaba (vamos a llamarla Chica A), la invite al cine y me dijo que no, así que pa' no ir solo (porque me carga ir solo al cine) invite a otra amiga (Chica B), y que creen?... mi comadre se enojo y al día siguiente me dijo: “Por qué fuiste al cine con Chica B?”... “Porque tu me dijiste que no Poh”... “Ah claro, y te costaba mucho insistir un poco?”... Pero cual es el eterno afán de nunca decir lo que quieren? Solo David Cooperfield y el Mago Oli leen la mente, el común de los hombres no.

- Búsqueda de ropa: debo reconocer que me asusta cada vez que la Lore me dice: “acompáñame a comprarme una polera?”. Me asusta, porque tu dices, “bah, es solo una polera, no es una prenda muy sofisticada o imposible de encontrar”, pero lo que no sabes es que tiene que ser “LA” polera. A muchos de ustedes les ha tocado dar vueltas por un mall, de tienda en tienda o estar un par de tardes de un fin de semana buscando “ESA” polera que la niña quiere. Porque objetivamente, la diferencia entre un shopping de mina y uno de hombre es que el hombre sabe lo que esta buscando... la mina no... y si el hombre encuentra algo porcentualmente cercano al objetivo lo lleva y queda tranquilo... la mujer analiza hasta la última costura y tiene que ser... ojo, tiene que ser lo que ella quiere, si no lo es, sigue incesante en su búsqueda, desafío a cualquiera a rebatirlo.

- Bailar en la disco: clásico de clásicos, las discotecas están hechas para bailar, ta' claro, pero a las minas les gusta bailar entre ellas, es como una especie de autoprotección de la manada ante los jotes depredadores. El baile, en todas las especies, es una invitación a la hembra o al macho a reproducirse, por lo tanto, siguiendo el siempre acertado sentido de la naturaleza, a menos de que sean dos lesbianas, a todas las minas les gustaría bailar con una pareja hombre, pero no, ellas bailan de a dos, de a tres, o de a cuatro, y si se acercan hombres los rechazan ojala con la mayor humillación posible, el mirar de pies a cabeza, el ni siquiera mirarlos o el enojarse son las muestras mas comunes. Ahora, personalmente creo que este fenómeno se debe a que el hombre chileno es demasiado caliente, es decir, las minas se van formando anticuerpos contra ello y ponen el prejuicio de que “ah, este weon lo único que quiere es bailar un rato para llevarme a lo oscurito después”... lo cual es total y absolutamente cierto, por que 2 o 3 hombre solos en una disco van a eso, a menos que alguno sea pololo fiel o simplemente gay. Lo afirmo con conocimiento de causa, porque en otros países es mucho más fácil acercarse a una mujer, bailar un poco o conversar un rato, o por ultimo, te dan una razón de peso para negarse.

- Falso cartuchismo: Díganme ustedes queridos machos recios, cuanto cuesta invitar a salir a una mina?... Te dicen una infinidad de chivas para que les insistas, porque quieren salir contigo pero a ellas les gusta eso, que les insistan y que les suban el ego hasta que se les salga por la caruncula lagrimal. Lo mismo pasa en el sexo... por que ellas, la mayoría de las veces te van a decir: “Hay no se”, “no será muy luego?”, “ay, para que eres caliente!!!...” etc. etc. Ellas también quieren, cortan las huinchas por ir a la cama, pero no... esta el eterno prefijo de que tienen que hacerse las difíciles, siempre tienen que hacerse las difíciles, al parecer la idea es entregar una especie de premio al que mas insista en cualquier cosa, desde invitar al cine hasta ir a la cama.

- La regla: Otra diferencia notoria es la Endocrinológica, porque las hormonas se alteran mensualmente en las minas y ellas le sacan mucho, pero mucho provecho... siempre le echan la culpa a la regla: Si no quieren sexo es por que andan con la regla, si están odiosas es porque andan con la regla, si se ponen a llorar es porque están con la regla, si se ponen wueonas es porque andan con la regla, si andan hinchadas y se tiran un peo hediondo... también... andan con la regla. Lamentablemente nosotros los hombres no podemos apelar a nada cuando ponen esta excusa de por medio, porque simplemente no tenemos idea de que es eso, como se siente o que cambios produce, por lo que perfectamente nos pueden estar haciendo weones y no vamos a cachar.

Pero con todo esto, siempre terminamos rindiéndonos, no se por que, las mujeres a las cuales uno ama tienen ese brillo en los ojos que nos hace ver imbeciles y casi siempre terminamos dándoles en el gusto, porque simplemente no podemos vivir sin ellas, por eso muchacho, mira a la mujer que quieres, tómala de la cintura, mírala a los ojos y dile... “bah... igual te quiero oh...”. Je je je.