23 enero 2009

La cabezota de Claudito


Yo no soy muy bueno para enfermarme, soy mas sano que yogurt de pajaritos. Pero esta vez debo reconocer que la vi medio negra. Pero también saqué varias moralejas del asunto.

Resulta que el día jueves de la semana pasada desperté con un dolor de cabeza insoportable, de primeras le eché la culpa a la caña (el miércoles en la noche estuvieron de cumpleaños los hermanitos Pérez, grandes amigos, y estos no carretean con leche cultivada precisamente), así que no lo tomé muy en cuenta, luego, en la tarde tuve un vuelo asqueroso a Antofagasta con la cabina mal presurizada así que lo asocié a todos esos factores, pero el viernes siguió el dolor mas intenso, y el fin de semana ya era horrible, mas encima tuve una fiesta de matrimonio el sábado… por el dolor no me tomé ni un copete ni me bailé ni una cumbia, solo me agarraba la cabeza.

Finalmente, el domingo no soporté mas y tomé la primera hora de la mañana del día lunes con un neurólogo en la Clínica Dávila, elegí ir para allá porque sabía que me iban a hacer un scanner para ver que pasa por mi cabeza, y como el equipo de ellos lo veo yo, me fui para allá sin pensarlo dos veces, es un scanner top y además los tecnólogos son súper secos, y como los conozco, también podría haber hecho algún arreglin por si no habían horas... de algo que sirvan los pitutos.

El tema es que la Dra. esa mañana después de examinarme un poco, me dijo: “estos dolores de cabeza pueden ser súper complejos, por lo que recomiendo que te hospitalices en seguida para realizarte exámenes y descartar algún aneurisma o ‘cefalea centinela’.
Ante eso obviamente me preocupé, si se revienta un aneurisma hay un 30% de mortalidad y el 70% restante puede quedar con secuelas graves. Le hice caso y me tuve que hospitalizar de urgencia, mi compadre Juan Carlos me tuvo que llevar unas pantuflas y un pijama (para no andar con esa batita de mierda que te deja todo el poto al aire) y empezaron a inyectarme analgésicos por la vena. Pasé por Angio TAC, CPN, exámenes de sangre y de orina, otorrinos, etc… y nada, luego de 2 días teniéndome pichicateado la Dra. no tenía idea por donde agarrarme el dolor de cabeza, y me dijo: “Vamos a hacer una Punción Lumbar para descartar inflamación en las meninges”… y ahí lo encontré raro, parece que esta señora estaba viendo mucho “Dr House” en la tele. Por suerte, me fueron a visitar Javier y Polita junto a la Tia Annabella, la mamá de Pola, que es una destacada Medico, y discutimos el tema y me cayó la teja de que la Dra. estaba dando palos de ciego a ver si le achuntaba a algo, porque hacerme una punción lumbar significaba un día entero sin moverme y todos los peligros que implica meter una aguja por la columna vertical. Así que Javier movió un par de hilos y me consiguió una hora con un Neurólogo seco de la Clínica Indisa. Solicité mi alta (con discusión con la Dra. Incluida) y me fui.

Esa tarde (miércoles) el Dr. Roque Villagra, luego de examinarme acuciosamente, encontró mi falla. Tenía el llamado “Sindrome de Costen”, que consiste en la inflamación de la articulación Temporomandibular, lo cual rara vez produce un intenso dolor en el músculo parietal, lo que lleva a un horrible dolor de cabeza en un hemisferio en particular. Este síndrome es producido frecuentemente por el Bruxismo, el que a su vez se puede producir por estar expuesto a stress o cuadros de ansiedad. Me puso una inyección de lidocaína en el músculo y el dolor se fue mitigando un poco, por lo que parece que este si le achuntó.

En fin, ahora estoy medio lerdo por los relajantes musculares, sigo con un poco de molestias, pero ya de vuelta la pega y con la lección bien aprendida… hay que bajar las revoluciones, y tomarse más tiempo de relajos, tratar de evitar el somatizar las tensiones es la clave. Además, tratar de buscar referencias cuando se visita a algún especialista, hay varios días de hospitalización entre un buen médico y uno mas o menos.

Además, me sirvió para darme cuenta de que hay harta gente que me quiere, la preocupación demostrada por este humilde pedazo de ser humano fue realmente emocionante, por lo que les agradezco todo el nerviosismo por mi estado de salud.

En fin, es curioso que cuando me enfermo no puede ser solo un resfrío o una enfermedad fácil de diagnosticar… tiene que ser alguna gueá rara y rebuscada, ahora me va a dar otro patatus… cuando vea la cuenta de la clínica… jejejeje

08 enero 2009

Tolerancia

Hace un par de meses todos los chilenos nos sentimos orgullosos de nosotros mismos debido a la gran cantidad de millones recaudados en la Teletón. Nos Jactamos de ser un país solidario con los discapacitados, de ayudar cuando se nos necesita, Chile ayuda a Chile y bla, bla, bla. Pero la pregunta que nadie se hizo es: ¿Somos Tolerantes con los Discapacitados?. Porque una cosa es ser solidarios y otra cosa es ser tolerantes. Lo mas fácil es meterse la mano al bolsillo y sacar un par de lucas una vez al año y con eso muchos se sientes libres de pecado y creen que se ganan el reino de los cielos, pero basta con realizar un pequeño ejercicio para darse cuenta de que la mayoría de esas “solidarias” personas tienen una tolerancia inversamente proporcional a su donativo anual:

Un día cualquiera en la mañana, en el estacionamiento del Hospital DIPRECA, me bajé del auto y caminé hacia mi destino con una maleta no muy pequeña rodando a mis espaldas, pero cuando quise salir del estacionamiento, una Mitsubishi Montero estaba tapando el único acceso hacia el hospital, estaba estacionado justo encima del pasillo para pasar. Hice un par de maniobras egipcias para pasar entre los dos autos y más encima con la maleta, en ese momento pensaba en las abuelitas que van a control y que tienen que pasar con sus bastones. Cuando terminé mis labores, cerca del medio día, me dirigí nuevamente al estacionamiento y justo cuando estaba pasando por el mismo pasillo, el conductor de la camioneta la estaba sacando, en señal de repudio, moví mi cabeza manifestando mi inconformidad. El conductor bajó el vidrio y en un agresivo gesto me dijo:”Tenís algún problema?”, y yo cual choro del puerto respondí: “Si poh, no te day cuenta de que estas tapando el único paso hacia el hospital y que obviamente no te puedes estacionar? En que cabeza cabe tamaña falta de respeto?”. Justo en ese momento me fijé que en asiento colgaba un delantal blanco, al parecer era un médico, rogando para que no fuera un cliente de la empresa en la que trabajo seguí choro no mas… total ya estaba metido. El compadre hizo el gesto de bajarse del auto mientras me puteaba: “Y que tanto hueón?... ah?... le vay a poner color?... si querís me bajo y lo arreglamos!...” en ese instante, cual Marty McFly cuando le gritan “gallina!”, me dí vuelta y planté mis pies de forma paralela sobre la acera, parecía un verdadero cowboy pero en vez de pistola tenía mi notebook… o sea me iban a sacar la cresta igual, pero la facha estaba… Además, ya a esa altura había gente alrededor mirando el espectáculo, por lo que no podía defraudar a mi público. Finalmente, el tipo tiró un par de chuchás mas y se fue tirando polvo, algunos espectadores me felicitaron por mi actitud y yo seguí mi camino, pero me fui mordiendo la rabia por el pedante de la 4x4.

Luego de eso, fui a almorzar al Alto Las Condes, en la entrada por el estacionamiento me toca ver por enésima vez la misma escena, una vieja de mierda se baja de su Porshe Cayenne estacionando en un lugar para discapacitados. Como estaba calentito por lo del hospital, le dije no tan amablemente: “Señora, ese es un lugar para discapacitados”. Su cara de Lifting me miró extrañada y yo creo que no hizo ningún ademán de desprecio porque el Botox se lo impedía, por lo que solo atinó a agitar la mano como diciendo “no molestes mas!” y siguió rauda y veloz hacia las tiendas, yo me quedé ahí, impresionado por la cara de raja de la vieja, el problema es que pasa siempre, los estacionamientos de discapacitados siempre están ocupados y se los pasan por la raja… y nadie, nadie castiga algo que está contra la ley, seguridad del mall nunca hace nada y los pacos no van a los centros comerciales.

Ese mismo día en la tarde, mientras viajaba rumbo al supermercado, reflexionaba sobre lo acontecido en la mañana y el tema de la tolerancia y sin pedirlo, me tope con otro ejemplo estacionando el auto. Resulta que en el Líder de El descanso (a un costado de Vespucio) existe en el estacionamiento un llamado “Punto Verde” en donde se pueden dejar elementos para reciclaje como latas, botellas, etc. Iba justo detrás de un auto para estacionarme al lado de este punto verde y dejar mis cachivaches, había justo dos estacionamientos disponibles y esperé pacientemente a que el auto que iba adelante estacionara tranquilo, pero el compadre aparte de estacionar y no contribuir a la causa del reciclaje, dejó el auto en la mitad de los dos estacionamientos, y mas encima cruzado, me puse un poquito mas odioso de lo normal (que ya es harto) y le indiqué su error: “disculpa… tu te fijaste que estás ocupando dos lugares?, necesito estacionar también”, a lo que respondió muy suelto de cuerpo: “no, no me fijé” y siguió caminando, ya sin sonrisa en el rostro le dije: “pues ahora que te fijaste, podrías moverlo?”, y simplemente me dijo: “Anda a estacionar mas allá hueón, puta que soy cómodo conch…”, y se fue. Solo atiné a reírme y a buscar un lugar varios metros más allá, y mas encima con una puteada a cuestas.

En fin, este pequeño ejercicio deja como resultado que no basta con meterse la mano al bolsillo, hay que crear una conciencia de tolerancia fuerte con los discapacitados y con el medio ambiente. Si a todo esto, le sumamos que faltan accesos para sillas de ruedas, que faltan lugares para reciclaje, que pasamos a llevar los derechos del otro y que el gobierno nunca ha puesto atención en todo esto, solo queda que nosotros mismos nos preocupemos de formar una sociedad un poco mas tolerante.