
Hace poco me junte con algunos ex-compañeros de colegio y me puse a recordar muchas cosas de mi infancia estudiantil y de cómo llegué hasta ahora… parte de la atribulada historia de mi existencia en este planeta.
Yo no quería ser un Looser… pero parece que lo fui. Cuando era chico, estaba en el liceo San Isidro, Liceo Municipal de La Cruz, donde no había muchas lumbreras que destacar, más bien estaba lleno pajarones y niñitos-problema, así que si algún pendejo se destacaba en algo prácticamente era héroe nacional. Yo era flaquito, mateito, menudito, con unas gafas horribles y mas encima los profes me tenían buena porque siempre fui buen alumno y no me metía en problemas… o sea… un LOOSER, claro, porque yo era un poco diferente a lo que comúnmente se veía por ahí. No es ego, a lo que voy es que si no vomitabas tus zapatos en las fiestas del colegio, si no fuiste por lo menos una vez a la semana a inspectoría o si no llegabas hediondo a copete o cigarro a clases… eras un LOOSER, sinceramente nunca lo entendí, por eso tampoco me quise calentar la cabeza y simplemente no pescaba, tal vez por eso nunca tuve muchos amigos. Con las minas la cosa era idéntica, yo no era feo… y siempre estuve con minas de otros colegios, por qué?... porque las minas del mío buscaban a los mas “TOP” a esos que se mandaban cagadas, esos que siempre te gueviaban para que les ayudes a estudiar pa’ las pruebas mas peludas, esos mismos tarados que después las dejaban embarazadas y nos cagaban a todos porque se suspendían las fiestas y otras cosas como “castigo”. Después pa’ seguir la teleserie, las minas alegaban porque no iban al colegio y salían cual Topacio diciendo que tener un hijo era lo mejor que les había pasado.
Se me ocurrió dibujar, aprender guitarra, me eligieron de abanderado del liceo y era el numero artístico favorito para los actos de los lunes, sin querer tuve una sobre exposición (ahora entiendo a Álvaro Balero… jajaja… por si acaso es talla) y con eso terminé de escribir mi lápida, claro, porque la gente se empezó a cansar del gueón que siempre aparecía con que se ganó un premio en tal concurso de dibujo, que era capitán de la selección de handball que clasificó a tal campeonato, que salía tocando en un acto, etc., etc. Fue mi lapida, porque empecé a quedarme solo… nadie me pescaba porque hacia cosas que solo los LOOSER hacían… me empezó a hacer mal… y si lo juntan con los problemas depresivos que me trajo la aparición de un papá ausente por 8 años… a los 15, la edad del pavo… todo terminó en una depre que me hizo tomar la mejor decisión de mi vida… cambiarme de colegio. Y así fue, me cambié al Francisco de Miranda de Quillota, uno de los mejores de la provincia y también de los mas caros… claro, yo me fui becado el primer año, pero increíblemente eso no influyó como yo lo pensé, no existía la discriminación, porque habíamos varios en la misma y curiosamente éramos los que la llevábamos en el colegio. Ese cambio fue el mejor, conocí mucha gente genial y buenos amigos también, además, gracias al gusto por la música, me juntaba con amigos que eran del denominado circulo TOP, así que pase de repente de LOOSER a TOP… sin querer queriendo, nunca me la creí, pero me cagaba de la risa.
Así llegué a la Universidad, donde esa diferencia ya no existía tan marcada… debe ser porque la mayoría de los TOP no llegan y los que pueden hacerlo tienen claro que esa clasificación es absurda.
Al titularme y entrar al mundo laboral ya la definición de TOP es mas compleja… porque el lidiar con tus propias responsabilidades te transforma en uno mas del sistema y el éxito en tu vida depende netamente de ti, no de la clasificación que te otorga la sociedad… y si me consideran un LOOSER o un TOP me da exactamente lo mismo, porque yo me siento un gueón exitoso igual, porque conseguí mis objetivos, pero tiemblen los seudo TOP’s que pululan por ahí… porque aún me queda mucho por conseguir… y saben que?... lo voy a lograr… si señores… se viene la “Venganza de los Nerds”.