
Al principio, cuando avisaron que el 17 iba a ser feriado, me pregunté a mi mismo: “mismo, no será mucho 5 días de carrete?”, y la respuesta fue tajante: “NO!!!”, nunca es poco para tener unas mini-vacaciones, especialmente porque me tengo que repartir entre Santiago, Melipilla y La Cruz.
Este año mandé a Santiago a la cresta y me fui directo, el mismo viernes después del asado de la empresa (di jugo bailando guarachas y cuecas), a Melipilla sus guenos asados y después a Quillota, donde fuimos el 18 en la noche a la mítica e inexpugnable ramada de “El Edén”, es un clásico que se repite año tras año y que siempre es un carrete seguro, pero este año, sinceramente, no alcanzó a llenar ni siquiera un vasito de mi garrafa de expectativas.
El año pasado fueron casi 5000 personas solo la noche del 18, este año no alcanzaron a ser 3000, por que?... puede ser que eran muchos días o que los precios estaban carísimos (entrada: $4000; anticucho: $2000; bebida chica: $1000; linterna con 4 pilas: $15000 (pisco c/4 bebidas)) y porque además, la gente ya debió haber visto el show el día anterior, el cual paso a detallar a continuación:
La orquesta se llamaba “Banda Producción”, que en honor a su nombre estaban muy bien aperados, tenían bronces y buenos equipos, pero tienen el mal de los músicos… el copete, jajaja… ya como a las 2 de la mañana empezaron a cometer errores de interpretación, de repente el bajo andaba por las nubes, se equivocaron bastante y además repitieron los temas, abusaron mucho del “arriba las palmas”… y el “eo eo eo… que siga el…” un recurso bajo utilizado cuando hay 3000 que no están muy prendidas, aprended del maestro Tommy Rey, flemáticos juglares cumbiancheros.
Otro punto era el grupo de cuecas, “Los paltones de la cueca”, tal cual, eran cuecas paltonas, cuicas, de salón, calentaban menos que la Bachellet en colaless, creo que escuche en toda la noche solo una cueca chora, de las buenas, de las divertidas, el resto era puro “rosa y el clavel” y esas gueas fomes que siempre se escuchan, ni siquiera sonó el “Guatón Loyola”… típico de quienes se las dan de cuequeros solo para el 18.
El otro punto desesperantemente bajo fue el animador… Luchito Muñoz, perdónenme por el epíteto pero… Oye el pelao culiao fome!!!, no pueden poner a un animador tan, pero tan penca, un locutor de topless hubiese sido mas carismático que ese weon, además ya me tenía el epidídimo inflamado con esos gritos “Huyuuuuiii…” (le salían fingidos, sin siquiera acercarse al verdadero sonido campesino), no lo soportaba… me desagradaba, me agarraba la frente cada vez que salía al escenario, un verdadero desastre, por no decir, una mierda de animador.
Finalmente, igual lo pasé bien con los amigos que estuvimos gueviando en la mesa, me zapatié mis cuecas, me sandungié mis cumbias y me reí harto, claro, a las 4 y media de la mañana, cuando terminó todo por orden de carabineros, no nos movió nadie, claro, teníamos que terminar la botella de pisco que harto cara que nos salió… hasta que un weon de amarillo se acerca y nos dice: “Jóvenes, tengan la amabilidad…”, miramos la hora y eran las 5 y cuarto, éramos los últimos en la ramada y prácticamente nos echaron (el wn de amarillo era de seguridad), mi auto era el único que había en todo el estacionamiento, fue fuerte, hace tiempo que no me pasaba eso.
Al final, con mi chiquitita y sus amigos nos fuimos a comer un churrasco gigante al local de calle Esmeralda (como en aquellos viejos tiempos de carrete Quillotano) y después a la casa… tipo 7 de la mañana, a remojar el hígado en agüita caliente para seguir con las celebraciones, porque aun quedaba un día mas y había que resistir, cual soldado resiste por su patria… Viva Chile mierda!!!