
Acabo de cumplir 26 la semana pasada y me dio fuerte por reflexionar sobre los cambios drásticos que han acaecido sobre este cuerpo ya carreteado. Cambios drásticos de la complicada década entre los 20 y 30.Por que si ustedes se ponen a pensar, tener “veinti-tantos” es una verdadera odisea.
De los 0 a los 10 años el proceso es solo aprendizaje… dejar la mamadera y tomar en taza (primer paso pa agarrar el vaso… jejeje), dejar de cagarse y avisar, aprender a leer, etc. De los 10 a los 20 la cosa es puro sexo… si… toda tu vida gira en torno al sexo, a conseguirse las revistas porno (eso era en mis tiempos… ahora está Internet, maldita sea como me hubiese gustado tener Internet en mi pubertad), en los recreos empiezas a darle mas importancia a las minas que a la pichanga de 10 minutos. Y ya mas grandecito la tortuosa elección de la carrera universitaria, la PAA (ahora PSU), el carrete, las cervezas, el carrete, las cervezas, el carrete… en fin. Puedes extender ese periodo hasta los 24, pero luego… todo cambia.
Si, porque empieza tu vida de adulto joven, porque a los 25 ya es hora de que empieces a pensar en dejar de pecharle a tus padres y vivir solo como un verdadero ser humano… dejar de ser mamón es algo que le cuesta a varios. Tienes que empezar a trabajar y pagar cuentas, y como siempre te queda ese residuo de carrete veinteañero-universitario-reventado, tienes que compatibilizar los días de juerga con la pega… no hay nada mas digno de un profesional del carrete que irse de jarana el día de semana y a la mañana siguiente estar a las 8:30 en punto en la oficina, con un botellón de agua mineral, pero siempre digno.
Pa’ las minas es peor, porque esta sociedad machista prácticamente te obliga a tener una guagua antes de los 30, por lo que de golpe te estrellas contra el murallón del cambio de folio. Y mas encima, entre las mismas hembras se produce una retroalimentación positiva con sus comentarios punzantes y amenazas de “dejadas de tren”. No hay nada mas divertido que ver una solterona de 30.
Mas encima, ya dejé de tener 25, es decir, ya estoy contando pa’ los 30, algo que no me deja indiferente de ninguna manera, porque cuando era un pueril y jovial adolescente, los 30 eran la vejez absoluta, tu vida ya pasa a ser de Adulto… sin el glamoroso sufijo de “Joven”, ya a los 30 eres adulto a secas, no tienes derecho a la tarjeta joven, la isapre te pasa al rango mas penca de sus planes, no hay descuentos en los pasajes de avión y simplemente te transformas en un bicho raro en los recitales a los que vas.
Yo vi tele en Blanco y Negro en una Tatung Dynamic, coleccioné las bolitas que venían en el Cola Cao, tomé Free y jugué Atary… Vivimos en Dictadura, vimos caer el Muro de Berlín y a Colo-Colo campeón de la Libertadores. Tuvimos que abrirnos las puertas, bucear en libros para hacer tareas, escribir los trabajos a mano en unas hojas de oficio gigantes cuadriculadas, grabar canciones de la radio para escuchar en el personal, etc, etc, todo nos costaba una enormidad. Yo creo que todo eso ayudó a que nuestra generación (los que nacieron entre el 80 y el 85), seamos más centrados que nuestros pares un poco mas jóvenes, vivimos eternamente en transición, y cuando tuvimos libertad de hacer cosas se nos acabó la adolescencia. Sin duda, apoyo el dicho de que somos la última generación cuerda que se gestó en Chile.
Por eso es tan difícil tener veintitantos en este país, porque hay una voz dentro de nosotros que nos dice que después de todo lo que nos costó crecer no debemos desperdiciar nuestras vidas, y hay algo dentro de los mas viejos que les dice: “estos son los últimos que salvan”, y nos presionan porque saben que los que vienen después difícilmente tendrán la misma personalidad.
Claro, eso no quita por ningún motivo que aun tengamos el alma carretera… jejejeje, salúd!!!
De los 0 a los 10 años el proceso es solo aprendizaje… dejar la mamadera y tomar en taza (primer paso pa agarrar el vaso… jejeje), dejar de cagarse y avisar, aprender a leer, etc. De los 10 a los 20 la cosa es puro sexo… si… toda tu vida gira en torno al sexo, a conseguirse las revistas porno (eso era en mis tiempos… ahora está Internet, maldita sea como me hubiese gustado tener Internet en mi pubertad), en los recreos empiezas a darle mas importancia a las minas que a la pichanga de 10 minutos. Y ya mas grandecito la tortuosa elección de la carrera universitaria, la PAA (ahora PSU), el carrete, las cervezas, el carrete, las cervezas, el carrete… en fin. Puedes extender ese periodo hasta los 24, pero luego… todo cambia.
Si, porque empieza tu vida de adulto joven, porque a los 25 ya es hora de que empieces a pensar en dejar de pecharle a tus padres y vivir solo como un verdadero ser humano… dejar de ser mamón es algo que le cuesta a varios. Tienes que empezar a trabajar y pagar cuentas, y como siempre te queda ese residuo de carrete veinteañero-universitario-reventado, tienes que compatibilizar los días de juerga con la pega… no hay nada mas digno de un profesional del carrete que irse de jarana el día de semana y a la mañana siguiente estar a las 8:30 en punto en la oficina, con un botellón de agua mineral, pero siempre digno.
Pa’ las minas es peor, porque esta sociedad machista prácticamente te obliga a tener una guagua antes de los 30, por lo que de golpe te estrellas contra el murallón del cambio de folio. Y mas encima, entre las mismas hembras se produce una retroalimentación positiva con sus comentarios punzantes y amenazas de “dejadas de tren”. No hay nada mas divertido que ver una solterona de 30.
Mas encima, ya dejé de tener 25, es decir, ya estoy contando pa’ los 30, algo que no me deja indiferente de ninguna manera, porque cuando era un pueril y jovial adolescente, los 30 eran la vejez absoluta, tu vida ya pasa a ser de Adulto… sin el glamoroso sufijo de “Joven”, ya a los 30 eres adulto a secas, no tienes derecho a la tarjeta joven, la isapre te pasa al rango mas penca de sus planes, no hay descuentos en los pasajes de avión y simplemente te transformas en un bicho raro en los recitales a los que vas.
Yo vi tele en Blanco y Negro en una Tatung Dynamic, coleccioné las bolitas que venían en el Cola Cao, tomé Free y jugué Atary… Vivimos en Dictadura, vimos caer el Muro de Berlín y a Colo-Colo campeón de la Libertadores. Tuvimos que abrirnos las puertas, bucear en libros para hacer tareas, escribir los trabajos a mano en unas hojas de oficio gigantes cuadriculadas, grabar canciones de la radio para escuchar en el personal, etc, etc, todo nos costaba una enormidad. Yo creo que todo eso ayudó a que nuestra generación (los que nacieron entre el 80 y el 85), seamos más centrados que nuestros pares un poco mas jóvenes, vivimos eternamente en transición, y cuando tuvimos libertad de hacer cosas se nos acabó la adolescencia. Sin duda, apoyo el dicho de que somos la última generación cuerda que se gestó en Chile.
Por eso es tan difícil tener veintitantos en este país, porque hay una voz dentro de nosotros que nos dice que después de todo lo que nos costó crecer no debemos desperdiciar nuestras vidas, y hay algo dentro de los mas viejos que les dice: “estos son los últimos que salvan”, y nos presionan porque saben que los que vienen después difícilmente tendrán la misma personalidad.
Claro, eso no quita por ningún motivo que aun tengamos el alma carretera… jejejeje, salúd!!!