Desde hace rato ya que los poderosos están poniéndonos
el pié encima, más que todo a la clase media, esa que no tiene beneficios y que
paga hartos impuestos, esa que no recibe bonos, que no les dan crédito
universitario, esa que está condenada a endeudarse para comprarse un auto o una
casa, y que más encima recibe los bofeteos de ellos, los poderosos. Nos pasó
con el Litio, nos pasa con los que quieren estudiar y no tienen lucas, nos pasa
con el impuesto a los combustibles y así, la lista es larga.
En este clima áspero actual, no hay nada más
gratificante que la rebeldía contra las injusticias, estamos tan acostumbrados
a que nos caguen que no nos damos cuenta que debemos reclamar lo que es justo.
Encontré un ejemplo que me aliena y me llena de orgullo además, porque es mi
ciudad.
Hace un par de años se concesionó la
construcción del famoso corredor Bi-Oceánico, que uniría el puerto de
Valparaíso con Buenos Aires, pues bien, parte de esa concesión significaba construir
una autopista de doble vía y alta velocidad en la antigua ruta 60CH, que va
desde Viña hasta La Calera, un avance importantísimo para la zona, pero como
todo no es gratis para la gente común, considera también un peaje troncal y
otros peajes laterales. Las obras de mitigación demandaron también reparar
algunas calles como vías alternativas para los que no quieren pagar peaje. La
autopista es un gran negocio, el peaje es bastante caro y todo marcha bien para
la concesionaria, pero los poderosos siempre quieren más… y más… y más. De
pronto, una de las calles laterales, la famosa caletera N°7 en Quillota, fue
cerrada por la concesionaria, con lo cual, los autos no tenían más alternativas
que irse por la ultra congestionada 21 de mayo (se congestionó cuando
aparecieron los peajes en la nueva autopista) o tomar la carretera y pagar un
peaje troncal, aunque el trayecto no es de más de 5 kilómetros, están casi
obligando a tomar la autopista y pagar, aunque el camino que ellos cerraron
siempre estuvo ahí.
Años de lucha entre municipio, vecinos y el
MOP, tenían a la concesionaria riéndose a carcajadas, ya que el ente
fiscalizador (MOP) es y ha sido tan lento, que no tomaba ninguna acción, hasta
que mediante la justicia, se determinó que se reabriera la famosa caletera, los
vecinos ardían de algarabía, las autoridades vecinales (próximas a reelección)
se sacaban fotos con cuanta vieja celebraba esta tan ansiada justicia
ciudadana, había sabor a triunfo, pero que pasó?, el zapato grande marca Pato
Arévalo de la concesionaria se puso sobre el cuello engalanado de Fashion Park de
los comunes y corrientes. Reabrió la calle, obedeció el dictamen, pero dejó las
dos pistas en el sentido contrario al tránsito, por lo que no sirve de nada,
los autos deben tomar la autopista de todos modos.
Se abrió otra lucha sin cuartel, esta fue
la carcajada en la cara de la gente, sacó a relucir el lado más malévolo de
estos empresarios (que abundan en este país de maravillas), afán de querer más
y más, “aunque sea solo un poco, lo quiero para mí”. Otra vez a reclamar al
MOP, pero luego de años de sacarse los mocos y mascar chicle, aparte de hacerse
los lesos, no hay respuesta del organismo encargado de velar por la
transparencia y de cuidar a su gente, pues bien, qué hizo el pueblo al verse
indefenso contra este vómito de arrogancia?, se tomó la justicia por sus manos,
el mismo alcalde, cansado de los abusos, ordenó quitar la señalética de “no
virar izquierda” que instaló la empresa, para ponerle un poco de presión al
MOP, y la gente, con la bandera de lucha izada, circula ordenadamente con una
pista en cada sentido, haciendo caso omiso a la señalética puesta en el piso.
La concesionaria puso 5 lomos de toro en un
trayecto de un par de kilómetros, pintó las flechas en el sentido contrario, ha
hecho de todo para que la gente deje de usar ese camino, pero nada ha impedido
que la misma gente vuelva a tomar su calle, tal como estaba antes de la llegada
de los prepotentes, incluso hay complicidad de carabineros (también ciudadanos)
que simplemente no se aparece por el sector a sacar partes, los inspectores
municipales hacen vista gorda y todos aplauden el volver a ocupar este bien
público como siempre debió ser. Claro, los que no conocen esta historia quedan
atónitos con toda esa señalética en contra del sentido y todo ese desorden,
pero por fin, ganó la gente, a la mala pero ganó la gente.
Me da gusto, estas son la luchas que
debemos apoyar, esa lucha civilizada, sin quemas de neumáticos ni molotov, esa
lucha silenciosa y lenta, pero que a la larga da sus frutos, no debemos dejar
que se nos pisoteé como comunidad, no debemos quedarnos y poner la otra mejilla
siempre en frente de los poderosos, como leí en el twitter de la gran
@pepavalenzuela la arenga debe ser “ANTES MUERTO QUE RESIGNADO”.