12 marzo 2008

Para qué quiero Visa, si tengo Mastercard?... (cuec)


No faltaba mas, en el afán de hacerme la vida complicada, el destino siempre tiene una cartita bajo la manga y siempre la saca en la apuesta mas alta.
Como algunos de ustedes saben, estaré todo el mes de abril en la ciudad de Nasu, en Japón, en un curso de la empresa en la cual trabajo. Pues bien, como pueden imaginar, vuelos directos a Tokyo no hay, por lo que las opciones se reducen a darse la vuelta larga por Europa o darse la vuelta corta por EEUU, Obviamente, por tiempo de viaje quise irme por EEUU, el itinerario que me envió la agencia de viaje suscribía una parada en New York de unas cuantas horas y luego me subía a un American Airlines con destino al aeropuerto de Narita, Tokyo.
Pero, desde el año pasado, y con todo esto de las torres gemelas, EEUU ya no permite transitar por sus aeropuertos sin Visa, es decir, no importa que no salgas del aeropuerto, al momento en que el avión pisa la losa ya necesitas visa. Así que llamé a la embajada, solicité una entrevista, pagué los US$131.- no reembolsables, solo para entrevistarte, junté mis papeles y fui a pedir mi Visa de turista.
Para mi mala suerte, me toco a las 9 de la mañana del 5 de marzo, día en que entraban todos los cabros chicos al colegio y en el que Santiago se transformó en un carnaval de autos por todos lados, con calles cerradas, reparaciones en todos lados y mucha, pero mucha gente. Tuve que estacionar el auto donde pude y tomar un taxi para ir a la embajada.
Sobre la hora, hago la fila, me solicitan mis papeles para ver que todo esté en orden y luego me someto al subjetivo arbitrio del oficial consular que te entrevista, claro, porque la Visa finalmente te la otorga el oficial que te entrevista… no importa que tengas todo en orden, si le caíste mal, si no le gustó tu peinado, si le dijiste viejo culiao, etc, etc, si el no te la quiere dar… simplemente no te la da. Me toman las huellas digitales de ambas manos y paso a una especie de caja de banco con un gringo que habla español al otro lado del vidrio que con cara de Mr. Potato me interroga:

- Cual es el motivou de su viahe? (léase como Gringo)
- Voy a un curso en Japón y hago una parada en New York, por eso necesito Visa. Repliqué con seguridad.
- Perou no le parece extraño que vaya a New York si por Los Angeles son 3 horas menous?
- No tengo idea, la agencia de viajes me dio este itinerario, si es mas corto por Los Angeles yo no tengo idea.
- Por lo menous a mi parece muy rarou.
Poniendo cara suspicaz.

Aquí dije “yaaaaa este wn se levantó atravesado en la mañana y quiere cagar a alguien… y quién mas que Claudito”.
- Qué es lo que tu hacer acá? Atacó nuevamente Mr. Potato.
- Soy Ingeniero de una empresa de equipos médicos… acá están mis liquidaciones de sueldo, mi certificado de declaración de renta, el padrón de mi auto, tengo una casa, ahí están los papeles…
- Te compraste una casa eh?!.
Lo dijo en un tono irónico y moviendo la cabeza como queriendo decir (“este moth#$%&… cree que yo soy weon que le voy a creer?”).

No terminé de pasarle la batería de papeles que tenía preparada cuando el tipo puso un timbre en mi solicitud, y me entregó una carta diciendo: “No es posible entregar Visa para Usted ahora, por favor, salga de la fila”. Mi cara se desfiguró y mientras salía de la fila pensé en abrirme la camisa y gritar con los brazos abiertos consignas Iraquíes, o sacar del bolsillo el llavero simulando un arma y gritar “Libertad al pueblo Palestino!!!” y simular un atentado para ver la cara de aterrados de los guardias.
Por último, lo mas sensato que se me ocurrió y que finalmente me arrepentí de hacer fue encarar al tipo y decirle: “dame la Visa por ultimo pa pasar por el aeropuerto wn, no estoy ni ahí con entrar a tu cagá de país fucking gringo prepotente…” me arrepentí porque a los 2 segundos hubiese sentido las tiernas manos de alguno de los guardias acariciar dulcemente mi cuello en dirección hacia la puerta de una forma no muy pulcra.
Resignado, me fui caminando hacia donde estaba mi auto leyendo la carta que me dieron, donde decía que no poseo “la estabilidad económica, social y familiar” como para acreditar que no me voy a quedar en EEUU como inmigrante ilegal. Considerando que tengo una polola increíble, casa, auto y un sueldo bueno… ni siquiera me interesa vivir en EEUU.
Pero bueno, todo es para mejor, tomé un vuelo por Europa que hace una parada en Zurich, hay unas cuantas horas de espera por el otro avión así que tal vez me pueda pegar un pequeño tour para conocer, y cada vez que me saque una foto en alguna parte agradable me acordaré del imbécil que me negó la Visa y que me obliga a mamarme 2 días arriba de un avión. La próxima semana compraré la caja de plumones permanentes… punta gruesa, eso si.

05 marzo 2008

"Vamos a Cancha... donde está el Rock & Roll"


Hace tiempo que no iba a un concierto de verdad, es decir, el año pasado fui a muy buenos conciertos, pero como ya estoy más viejo y webeo más, había ido a teatros, sentado cómodamente a disfrutar de la música… pero esta vez fue diferente.

Dream theater se presentaba en la pista atlética del Estadio Nacional, yo compré la entrada dos meses antes porque Dream es de esos grupos que hay que ver si o si, el viernes llamo a mi compadre Michael pa’ ponernos de acuerdo y me sorprende diciéndome que se cambió la locación al Arena Santiago, genial, mucho mejor…
Como la entrada era general y a ultima hora se cambio, estaba la posibilidad de tomar cualquier ubicación: Platea baja o alta, donde estaríamos sentaditos en las cómodas butacas del Arena, o ir a cancha a saltar y cantar hasta desvanecerse. Hicimos una pequeña reunión (éramos seis) y de repente, el chascón del Mousa dijo la frase clave: “Vamos a Cancha, donde esta el Rock and Roll…” y la hormona destructiva me empezó a zapatear y el ojo me tiritó eufórico… “Ya!... yo voy a cancha…” y me metí entre medio de la multitud de chascones.
En la espera a que empezara el concierto, la conversación con mis amigos de años que no veo nunca se hizo entretenida, recordando los viejos tiempos de nuestros improvisados ensayos en el garage de Pablo cuando teníamos tiempo para hacer música. De lo que nos ha pasado y lo que nos va a pasar, volví a ver a mi compadre Chaignau, gran amigo que no veía hace tiempo y así, mientras conversábamos también pelábamos a la multitud que llenaba el recinto… pendejos engrupidos enfundados en la polera negra del grupo mas metal que conozcan, weones mas viejitos con cara de pernos a mas no poder y minas metaleras llenas de weas en la cara que parecían árbol de pascua.
Ya cuando empezó el concierto, el calor imperante entre tanto gueonaje empezó a embetunarme en sudor, lo malo es que la mitad de ese sudor no era mió, era de los chascones que tenía al lado, porque entre salto y salto quedaba la cagá… Además, no faltaba el chascón que movía la cabeza para atrás y con el pelo goteaba todos los pobres mortales que estábamos en su espalda, hubo instantes en que daban ganas de plantar tomates, porque ya la wea parecía invernadero del calor imperante, hasta que se avisparon y encendieron la ventilación que corona al recinto del parque O’Higgins como el mejor lugar para conciertos masivos del país… lo vuelvo a repetir, sonido espectacular para ser un lugar cerrado, aire acondicionado (que funciona de verdad… comprobado in situ), estacionamientos amplios, local de comidas y baños decentes… simplemente, la raja.
El recital fue redondo, el repertorio elegido fue para fanáticos, no tocaron todas sus sandias caladas, tocaron temas que no se escucharon en vivo la última vez que vinieron, el 2005 y eso se agradece. Demás está señalar la prodigiosa interpretación instrumental de los músicos, con un Mike Portnoy que es un show por si solo, una coordinación exquisita y la nitidez que solo “el camello” puede entregar, por qué camello?... porque en los recitales este wn tiene la costumbre de tirar escupitajos a cada rato, de hecho, John Petrucci, el prodigioso guitarrista maestro en las 7 cuerdas, cuando el escenario es chico tiene que tapar con plástico sus equipos porque si no los dejaría pa’ la historia.
Otro punto aparte merece el extrovertido maestro Jordan Rudess, con su teclado giratorio, sus increíbles solos y la parafernalia de su "Fingerboard" y el controlador midi “Zen Riffer”… el mismo que usaban los Fantasmas del Caribe, pero este toca de verdad. James LaBrie esta cantando cada vez mejor… aunque ahora está más guatón, más viejo y hasta tiene tetas… jajaja, pero eso no merma su calidad vocal, como tampoco pasa inadvertido el mas introvertido y menos estrafalario de todos, John Myung, uno de los mejores bajistas de la escena metal mundial.
Finalmente, salimos inyectados en metal del bueno, con la satisfacción y el cansancio de haber estado a 10 metros de los responsables de rejuvenecer en metal progresivo y sudando adrenalina y testosterona. Como en los viejos tiempo, nos fuimos a comer unos completitos a la Fuente Suiza y a tomar unas cervezas a la Plaza Ñuñoa, y quedó comprobado también, que este tipo de recitales siempre sirve para juntarse con los buenos amigos, esos que alguna vez conociste conversando de música con una cerveza en la mano… tal y como terminó aquella noche en la que volvimos a internarnos en nuestro admirado Teatro de Ensueño.