Cara Cortada Orrego

Me faltaba algo para empezar el año, algo para mantener la tradición, el 2006 fue la mano quebrada y el 2007 el choque del auto… por suerte ahora la nube negra se porto un poco mas condescendiente y me dio solo un “Cara cortada”, relato a continuación.

3PM en la oficina con un calor infernal, con el ajetreo de mandar correos a los japoneses el intestino como que trabaja mas acelerado, así que diario bajo el brazo emprendí rumbo al santuario del relajo.

Al salir, relajado y frágil cual gacela galopante, un ruido fuerte afuera de la oficina me hizo mirar repentinamente por la ventana, era solo un portazo,… pero… las escasas ráfagas de viento del verano santiaguino soplaron mas de la cuenta y permitieron que la puerta del baño se abriera un poco sin que yo (distraído por el ruido) me diera cuenta de aquello, por lo tanto, al voltear para ir al lavamanos me encuentro de súbito con la puerta abierta y, como nunca la vi, me di un cabezazo que ya se lo hubiese querido Zamorano contra Italia en el mundial del 98… seco, frontal, fortísimo… toda la esquina de la puerta se quedó incrustada en el borde de mi cuenca ocular, le pegué con todo lo que se llama ceja izquierda, por suerte no me golpeé en el ojo.

Una vez que todos los elefantes rosados y los burros verdes se disiparon de mi cabeza atiné de inmediato a mojarme el ojo para que no se hinchara tanto, porque ya tenia asumido que se iba a inflar como condón en recital, mientras mojaba mi ojo me empecé a dar cuenta de que el agua se teñía de rojo que cada vez iba siendo mas oscuro, levanté mi cara frente al espejo y tarán!... un corte vertical en la mitad de la ceja, que sangraba y sangraba… era un corte lindo, armónico, sin bordes irregulares y que separaba mi ceja en dos, vinculadas solo por un pequeño río de sangre… “por la cresta”, me dije, y me fui calladito (pa’ que no me gueviaran) al botiquín a buscar alcohol y esas cosas, para mi desilusión, el corte era mas profundo de lo que pensaba y estaba como para ponerle un punto… traté de ponerme afrontamientos pero el pelo de la ceja impedía que se pegaran… me puse solo una tela y funciono para que dejara de sangrar y se unieran los dos extremos de la herida. Poco pude hacer para que no se notara y obviamente tuve que contar lo sucedido y tal como cuando me quebré la mano en el sur (lean: “Dulces Vacaciones... si no fuera por...”), podría haber dicho que se me cayó un scanner encima mientras trabajaba, o que me mordió un Rottweiler mientras salvaba a un niño, o que me golpeó un malandra mientras defendía de un asalto la cartera de una abuelita… podría haber dicho miles de cosas heroicas que justificaban un corte en la ceja, pero no… “me pegué con la puerta del baño” fue la razón mas imbécil para herirse la cara.

Luego de las jocosas burlas de mis colegas seguí trabajando con normalidad, pero con un dolor de cabeza infernal, llegó la hora de irse y mi cabeza reventaba, mientras iba manejando a casa me empecé a sentir medio mareado, me vi la herida en el retrovisor y caché que el ojo estaba mas hinchado que antes y que la tela que me puse ya había cedido y la herida estaba media abierta, así que resignado tuve que pasar a la clínica para que me pegaran una cocida.

Como es típico de las Urgencias, esperé largo rato con la cabeza a punto de estallar y un par de cabros chicos chillando al lado, mientras otro tipo medio cuico reclamaba la lentitud del servicio, “este wn nunca ha visto un hospital público” decía para mi mientras me distraía un poco viendo “casado con hijos” en la tele. Por fin me llamaron y casi le pego a una señora cuando me levanté, andaba medio lerdo. Me recosté en la camilla y me tomaron los signos vitales y esas cosas de evaluación, llegó el médico y me hizo algunos test para ver lo de los mareos y dolores de cabeza, por suerte, los dolores y mareos eran propios de la contusión y no comprometían nada, o sea, dolores típicos del agueonamiento por el golpe. Luego, por la herida, para que no quedara cicatriz no me quiso poner un punto, si no que afrontamiento, pero era necesario “limpiar un poco el área”… eso significaba sacar ceja… ahí mi imaginación empezó a graficar como me vería yo con un pedazo de ceja menos… el resultado no fue muy auspicioso, pero era eso, o dejar una cicatriz feísima, así que me entregué no mas.

Cuando llegó la enfermera a realizar la curación me dio la opción de poner un “pegamento”, yo jamás había escuchado hablar de “pegar una herida”, sacó un frasquito con una especie de gotero, me juntó los extremos y echó esta especie de “La Gotita” para heridas, dejó secar un minuto y listo, quedó tan bien pegada que no fue necesario poner afrontamiento, para así evitar sacar ceja, solo debo tener cuidado de no mojar la zona unos 3 días y no golpearme de nuevo para que el pegamento no se salga… lo encontré fantástico, una herida pequeña ya no necesita ni puntos ni afrontamiento… ahora se pegan… averigüé un poco y el compuesto se llama 2 Octilcianoacrilato (OCA) y en Chile se vende bajo el nombre de Histocryl, no se si se venderá en las farmacias pero es un elemento fantástico.

Y ahora estoy en mi casa, con la cabeza reventándome, tomando Meloxicam y con la ceja pegoteada, todo por una maldita puerta que se abrió en el momento menos indicado, por lo menos me salvé de los puntos, por lo menos me salvé de transformarme en Pokemón… jajaja.