08 junio 2011

Esos Chascones Marihuaneros...


Hace no muchos años, ir a un recital de metal era casi una aventura, la masa de chascones hediondos a marihuana y curados hasta las patas podía disuadir a cualquiera a no ir a esos antros en donde cualquier cosa podía pasar, había que ser aguerrido para atreverse a ir.
Recuerdo esas primeras tocatas en los colegios, donde iban un par de cabros chicos y las bandas amateurs de la zona, eran precarias, pero eran lo más cerca que teníamos para mover la cabeza (en Quillota, que precisamente no era una metrópolis cosmopolita en materia musical). También recuerdo haber presenciado esos míticos recitales en el Fortín Prat en Valparaíso, en donde los escupitajos llovían a todos lados, todos se pegaban combos y patadas en unos pogos infernales en que mas de alguno salía incluso sangrando, a algunos les bajaba la piromanía y encendían sus propias poleras, los tarros de cervezas llovían sobre el escenario y más de alguna pelea callejera se armaba a la salida. Se estigmatizaron los metaleros a merced de sus propios errores y de algunos hiperventilados y drogos cuasi vándalos que perjudicaron a todos los que de verdad nos gustaba la música. Aún recuerdo haber visto por televisión una nota en un recital de Iron Maiden en un teatro capitalino, chacones tirándose de la galería a la platea, cayendo unos desde unos tres metros de altura, con quemadura de inmobiliario y daños en el recinto.
Sin embargo, esos tiempos han quedado atrás, “ayudados” también por el alto precio de las entradas por las que nos tienen esclavizados las productoras nacionales. El fin de semana pasado, presencié un potente, redondo y contundente recital de Slayer en el Polideportivo de Viña del Mar, Tom Araya y compañía se hicieron un tapadito jamón-queso con todas las bandas potentes que había visto antes, pero lo que más me impresionó fue el comportamiento de esos “chascones marihuaneros” que asistieron al concierto, con ello me di cuenta de que los tiempos de verdad han cambiado.
Los que llegaron en auto, estacionaron todos achoclonados, pero muy ordenaditos llegaron y así de ordenados salieron. Carabineros llevó una micro, Furgones y varias Motos a controlar a una masa que caminaba ordenada y en calma hacia las puertas del recinto, se vivía un ambiente aleonado por las ansias de ver al grupo, obviamente que igual había marihuana y cervezas, porque está inserta en el ADN de casi todos los metaleros de fuste, pero certifico que no hubo un solo pelmazo dando jugo de volao o curao, todo fue ordenado y ni siquiera nos demoramos en salir porque todos estaban en la misma onda, la música como centro de reunión. Incluso, hasta vi a muchos padres con sus hijos pequeños disfrutando del concierto.
Es tiempo de sacarse de la cabeza ese estigma de que los chascones vestidos de negro y que escuchan música de volaos son extremadamente peligrosos y delincuentes habituales, no les voy a negar que siempre hay pastelitos dando vueltas, pero les aseguro que esos mismos chascones son los que mejor se portan cuando se trata de eventos masivos. He estado en conciertos en los que incluso se vende cerveza y el comportamiento es igual de ordenado, parece que de verdad estamos civilizándonos pero siempre guardando esa pasión que nos caracteriza como rockeros… es de esperar que así siga siendo.