22 noviembre 2011

Een uitstapje rond Nederland, Part III: Amsterdam

Apenas salí de la estación de trenes pude sentir esa sensación de puerto (no siéndolo), la verdad es que me recordó mucho a mi querido Valparaíso. Porque se parece mucho a nuestro Pancho, construcciones antiguas, ambiente bohemio, olor a pichí en algunas esquinas, el andar trepidante de turistas cámara en mano repartiendo flashes a diestra y siniestra, es un lugar que encanta, que te hace una invitación a recorrerlo, que te llama la atención a primera vista, era que no, si Amsterdam es una ciudad para disfrutar a concho todo el día. La ciudad está rodeada de canales que se construyeron en la antigüedad como método de defensa y transporte, hoy se utilizan con fines turísticos y se puede ver una ciudad totalmente diferente desde los canales, pedazos de historia por doquier y mucho que recorrer. De día se puede ir a una cantidad enorme y no exagero cuando digo enorme de museos, desde Van Gohg hasta el museo de la marihuana, todos muy bien organizados y con gran cantidad de turistas sedientos de ver cosas nuevas e inquietantes, la arquitectura de la ciudad es deliciosa, con construcciones típicas de Puerto, casas altas y estrechas, tranvías que cruzan por las calles y se mimetizan con los ciclistas y peatones, tiendas varias y muchos restoranes de variadas etnias y recónditos países, me llamó la atención la gran cantidad de restoranes Argentinos, parece que la fama de sus carnes atraviesa el orbe completamente, la ciudad de día es encantadora, aunque de noche, se vuelve harto más atractiva… No por nada Amsterdam es la capital mundial del carrete, cuando la luz del día comienza a disiparse afloran los vampirezcos zombies jaraneros dirigiéndose a alguno de los miles de bares que abren sus brazos para recibirlos, muchos clubes con onda, mucha gente cool, mucha cerveza desparramada, mucho turista desenfrenado y mucho, pero mucho donde ir y compartir con amigos, amigotes, novias, recién conocidos, etc. Si algo tienen estas ciudades europeas es que solo basta levantar un vaso y la mitad del bar brinda contigo, son amistosos como delfines de acuario. Ya cuando la noche comienza a agitar las hormonas la dirección es simplemente otra, el famoso Red Light District. El Barrio Rojo ha adquirido su fama porque es uno de los pocos lugares en el mundo (si no el único) en que la prostitución está permitida y es vista como un negocio. Además de prostitutas, hay cientos de Coffe Shops donde se venden drogas suaves, hongos y hojas de distintas clases de alucinógenos, además de café por supuesto. Se podría pensar que es una Sodoma y Gomorra disfrazada, pero no, para mi sorpresa se trata de lo más relajado que hay, en una misma calle puede haber una iglesia, un sexshop, un coffeshop, un restorán y unas meretrices sin ningún tipo de problemas, además, las chicas no están expuestas, están detrás de una vitrina donde si tu transas el precio con ellas te hacen ingresar y se ejecuta de inmediato el “servicio” ofrecido. Hay mucha gente caminando, parejas, grupos de mujeres copuchentas y muchos machos de testosterona agitada. Incluso, podría atreverme a decir que es un excelente destino turístico, tanto para amigos de parranda como para parejas curiosas. En fin, de día y de noche la ciudad de Amsterdam tiene mucho que ofrecer, lamentablemente el tiempo me pilló y no pude conocer más a fondo, pero sí que es un destino más que recomendable para conocer de día… y por supuesto, también de noche.

2 comentarios:

viviana dijo...

hermoso! envidia de la sana! a ver cuando t pegas una vuelta x Magallanes con mi prima y comentas sobre lo hermosos de mi tierra! ...cariños (:

rociosalazarp dijo...

ya! me enganchaste... tendré que ir a ver a mi sister a Alemania y pasar a carretear a Amsterdam, jajajajaja (si fuera tan simple...)

PS: la foto es tuya?