07 febrero 2006

Volar del nido... y tratar de no morir en el intento


En la mañana estaba leyendo una columna de Pepa Valenzuela en la revista “Zona de Contacto” (excelente columnista y por lo demás muy guapa ella) en donde le contaba a su mamá la decisión de irse a vivir sola. Aparte de ser una historia muy bien redactada, el tema me remeció porque es un paso bastante grande en la vida de un ser humano joven… lograr la independencia siempre ronda en la cabeza.
Es bien difícil, yo lo tuve que hacer a los 22 años, cuando terminé la Universidad y entré al agotador mundo laboral. El Huaso Crucino se me salió por los poros al principio: salir de provincia y llegar a Santiago sin saber siquiera que micro tomar… leyendo una a una las estaciones del metro pa’ no pasarme… con el mapa en la mochila y metiéndome a Mapcity cada vez que iba a algún lado. Pero claro, una cosa es no ubicarse en la capital (aun no lo hago) y otra cosa es vivir independiente de tus viejos. Podría decir que por suerte mi vieja ya estaba un poco acostumbrada, porque estuve los 5 años de la Universidad viviendo fuera de casa, pero no… no es lo mismo, porque aun dependía monetaria y sentimentalmente de mi vieja y además vivía bajo el amparo familiar de la casa de mi tía Sonia. Así que irme a vivir solo fue muy diferente. Sentir los estragos del hambre matinal cuando se me olvidaba comprar pan el día anterior, contemplar la montaña de platos y ollas sucias. Dejar la cagá en la cocina al tratar de dar vida a una obra culinaria. La dieta balanceada de huevos, arroz y fideos. Apelar a la imaginación al darse cuenta de que no te quedaba confort… (terrible, pero pasa). Quedarse sin agua porque se te olvidó pagarla… etcétera, etcétera, etcétera… Todas esas son pruebas que te pone por delante la madre independencia. Por suerte me vine a Santiago con unos amigos y he tenido con quien cagarme de la risa por estas situaciones, además de transformarse en mi familia.
Pero en fin, todo tiene su precio, al final es rico tener tus cosas y sentir que tienes el mundo en tus manos… que puedes hacer lo que te de la gana y de paso, dejar contenta a tu vieja porque le estas demostrando que puedes ser responsable… por que le estas demostrando que su polluelo pudo volar del nido y que ahora debe preocuparse solo de ella, porque yo también lo estoy haciendo desde mi propio hogar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmmmm...........
Interesante analogia.........