22 diciembre 2008

To VIP or not to VIP...


Recuerdan Uds., contertulios míos, cuando vino Ennio Morricone a Chile y quedó la escoba porque se supone que era un evento gratuito y podía asistir cualquier persona que quisiera ver un espectáculo de calidad, y que al final las entradas se repartían preferentemente entre los clientes de cierto banco, y se agotaron todas en pocas horas entre aquella gente acomodada y todo el común de los mortales quedamos con cuello? Pues bien, el fin de semana pasado sentí que nos estaban metiendo el mismo dedo en la boca (por no decir una sandez que dañe la pulcra reputación de este blog (cuek!)) pero ahora de una manera un poquito mas enmascarada, pero que igual daba privilegio a cierto grupo de gente mas apernada que notario público.

Resulta que desde hace unas semanas se anunciaba en el centro de Santiago que se presentaría de forma gratuita a todo público la obra “30 & Tr3s horas Bar”, con el Ballet Municipal de Santiago y el grupo Los Tr3s. Esta obra fue presentada durante varios días en mayo pasado, pero las entradas que quedaban estaban un poco caras y las baratas se agotaron en pocas horas, por lo que quedé con ganas de verla desde ese entonces, así que Cosito Cosito tuvo la ingrata misión de pararse el sábado en la mañana a hacer la cola en la plaza de armas para retirar un par de entradas gratuitas para asistir.

Estábamos súper entusiasmados, porque ambos queríamos ver la obra y somos fanáticos de Los Tr3s, llegamos a la plaza de armas el sábado en la noche, todavía excitados por el triunfo de Colo Colito (tendrá post aparte… obvio!!!) y nos percatamos de entradita que el acceso, a pesar de ser general, no era el mismo para toda la gente… raro, de partida.

Entramos y nos percatamos del peculiar layout del espectáculo: El escenario estaba ubicado en una esquina de la plaza, entre la catedral y el correo, y justo al frente del escenario, pusieron ubicaciones VIP, que cubrían casi todo un cuadrante de la plaza, por lo tanto, las acomodaciones “generales” quedaron en diagonal, y entre las columnas de sonido y los árboles, no se veía nada… en resumen, si no entrabas a la parte VIP, no veías ni una gueá.

Tuvimos que acomodarnos de pie por ahí entre los guardias del acceso VIP y la reja para poder ver algo, peleando con un flaco de lentes con cara de papelucho que organizaba la seguridad para ver decentemente el espectáculo, alejados unos 70 metros del escenario.

Averiguando por ahí, nos enteramos de que las entradas VIP no las repartían al común de la gente, eran distribuidas selectivamente por los concejales y autoridades de la Municipalidad.
Me quedé con el sentimiento de que nuevamente pasó lo mismo, traen espectáculos solo para gente seleccionada con la chapa de que son gratis y contribuyen a la cultura, pero al fin y al cabo los que acceden a ellos son los apitutados o los que pertenecen a cierto círculo. En ese caso prefiero que me cobren la entrada, pero que no se jacten después de que abren la cultura al público masivo porque simplemente no es así. Si van a hacer algo para gente VIP, mejor que lo hagan a puertas cerradas, piolita y no dejen a la gente con ganas de ver un espectáculo si solo van a poder escuchar el eco de la plaza y verlo por la pantalla del costado, porque eso es jugar con las expectativas de los que no tienen bolsillo para acceder a este tipo de cosas. Eso, mas que contribuir a la cultura, contribuye a realzar mucho mas la ya notoria diferencia entre la gente acomodada apitutada y los comunes mortales sedientos de toda esa cultura que nos perdimos en los 90… querimos mas curtura!!!

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