20 septiembre 2010

Tu vuo' fa' l'americano - Part II (La Tapá' de Hocico)


Listo, ya está, el pueblo norteamericano no se demoró ni una semana en taparme el hocico, si Ud. amable lector, leyó mi anterior vilipendio “Tu vuo' fa' l'americano - Part I”, se habrá enterado que mi primera impresión no fue la más acogedora, pero tampoco fue la más certera.

El viernes pasado, luego del curso al cual asisto, a la hora de almuerzo el comedor tenía algo distinto, las cajas donde se paga el almuerzo estaban vacías y había música afuera, en la puerta que da a uno de los estacionamientos. El almuerzo del día era gratis, y por qué???... simplemente porque era viernes, la gente se relaja, de forma especial había una expo de autos clásicos afuera, con Camaro SS ’68, Ford T ’49, Corvette ’68, Mercury, Motos y muchas otras joyitas, además de juegos de esparcimiento, pop corn y otros… por qué???... porque es viernes!!!... las personas disfrutan de su vida, disfrutan de la alegría y en la mayoría no hay miedo al ridículo, si hay que tirarse pasteles en la cara, hasta los jefes participan, y lo vi con mis propios ojos en un juego que había.

El sábado, me di una vuelta por un centro comercial bien pirulo de por acá, algo así como el Alto Las Condes pero con calles interiores, donde hay un escenario central en donde se presentaba un grupo local en vivo, mientras cenaba algo en la terraza vi como la gente se tomaba las áreas verdes, con sillas de camping, cobijas en el pasto y cosas para tomar, literalmente hacían suyo el parque mientras algunos bailaban al ritmo del rock and roll clásico de la banda. Debo especificar que la gente que cantaba eran de promedio 40 años, tocando canciones de The Hollies, Creedence, Muddy Waters y esa onda, no eran “bailables” como para que la gente saliera a bailar, pero todo el mundo lo disfrutaba, independiente de la edad de los asistentes, hasta los niños salían a bailar y saltar. Me refiero con todo esto, a que la gente asiste a los espacios abiertos dispuesta a disfrutar de lo que se ofrece, ya sea música en vivo, expo de autos o juegos tradicionales, tienen en su idiosincrasia disfrutar sin pensar en que están haciendo el ridículo o que los van a mirar raro, es solo un “quiero bailar… y que tanto?”.

Ahí es donde radica la gran diferencia con nuestra idiosincrasia, yo nunca he visto a un montón de viejos cuicos bailando al ritmo de “Pretty Woman” en un show en un mall, porque de inmediato sale el fantasma de “ay, nos vamos a desperfilar”, “que van a decir los demás”, “que atroz, que vergüenza”. Filo, la gran enseñanza que me dejó este país en estos últimos días es que la vida está hecha para disfrutarla, no para vivir de apariencias, ciertamente es algo que todos debemos aprender de nuestros vecinos de por acá arriba. O sea, me acaban de hacer un verdadero tapadón de hocico.

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