28 octubre 2005

La dificil eleccion de que hacer en la vida, cronicas de un musico frustrado.


Una de las etapas mas críticas de la vida de un adolescente es la del cuarto medio, es mucha responsabilidad para un pendejo de 17 o 18 años pensar en: carretear hasta descuerarse (nótese que lo puse primero), las notas del colegio, los problemas con la polola, ¡El director me pilló fumando en la plaza!, los puntajes del preuniversitario y mas encima ponerte a pensar en que carrera vas a estudiar. Algunos lo tienen claro por imposición, porque todo el árbol genealógico fue médico, el pendex tiene que ser médico también, pero otros, me incluyo, no tienen ni la mas puta idea de lo que quieren en la vida... es normal... aun es un niño y la eleccion no es para nada de fácil. En fin, sea como sea, todos siempre, a la hora de elegir el futuro despues del colegio ponemos sobre la mesa (aunque disimuladamente tratando de engañarnos) nuestro lado artístico. Nos ubiese encantado seguir lo que decía nuestro ventrículo izquierdo y no lo que decía nuestro lóbulo derecho. Lamentablemente, muchos no teníamos la opcion de "ver si me gusta"... no, lamentablemente, si dabas la PAA (en mis años... hoy se llama PSU), tenias que sacar buen puntaje para optar a becas o a crédito o a cualquier tipo de financiamiento y olvidate de cambiarte porque ibas a quedar encalillado hasta el 2020. Por lo menos para mi así fue la cosa, por suerte entre a una carrera que me facinó desde un principio. Pero, a mi me gustaba la música... como a varios... me encantaba la música, tuve un par de grupos, toque en orfeones... uf, me encantaba... pero se equivocan si piensan en que "ah, este wn estudio ingenieria por la plata y no por su vocación, fue un cobarde". No, en realidad fui objetivo, porque para ser un músico reconocido (el fin de todo artista) debes ser un músico excelente, yo no quería ser uno del montón ni menos uno que hace mierdas de canciones y lo pasan en la radio porque el sello paga... no, yo quería ser bueno, pero veía a mi alrededor y no... no me consideraba bueno, no me consideré un genio que deslumbrara, no queria ser del montón. Ser artista es un poco ingrato, por lo que preferí dedicar mi talento a un hobbie y no a una profesion... mejor así. Lamentablemente el corazón tira... y le he echado mucho de menos, al aplauso, a los escenarios, a las mariposas en la guata cuando estas descargando la adrenalina en una canción... me encanta... a veces pienso en la decisión que tuve que tomar en esas instancias y me ubiese gustado tener la oprotunidad de experimentar, aunque nunca es tarde. Por suerte ahora vivo con unos amigos que sienten la misma pasion que yo y siguieron los mismos rumbos que yo, Ingenieros con talento musical, eso me consuela porque no es solo cosa mía, todos conocemos a un médico que pinta la raja o al Magister en Ciencias que toca batería, o al ingeniero bueno pa' la pelota... A todos nos ha tocado decidir entre el arte o el currículum y mas encima a temprana edad, algunos tomamos el camino facil para ser felices, pero siempre está la espinita en el corazón con una guitarra en la mano, siempre estan los sueños de artista... sueños que nunca es tarde para cumplirlos... por lo menos en eso estoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo bueno es que nunca olvides lo que llevas en el corazon.....!