11 octubre 2005

Que pasa en tu cabeza cuando mueves la cervical... Megadeth en Chile...


Son pocas las cosas que me revuelven la guata... de un tiempo a esta parte me he vuelto un poco mas frio para las cosas mundanas... pero mas sensible para temas específicos, no sé, tal vez me estoy poniendo viejo de verdad.
Cuando era cabro chico me gustaba mucho la música, aprendí a tocar guitarra y desde ese momento miré la música desde otro punto de vista, aprendí a reconocer la calidad... si, no lo voy a negar, en algún momento escuché a Pablito Ruiz, pero esa no es escusa para aportillarme, porque ¡Alguna vez todos lo hicimos!... En fin, en uno de los tantos viajes a Valparaíso a ver a mi tia Sonia (eran las unicas vacaciones que un pendejo de esa edad podría llegar a aspirar), mi todavía en pañales admiración por el Rock y el Metal tomaría riberetes de madurez precoz cuando mi primo Juan (6 años mayor que yo) me mostró un CD (era un lujo en esa época) de un grupo llamado Megadeth... me dijo "esta si que es música, le pega mil patás a Metallica"... yo lo dudé... lo poco que conocia de Metallica para mi era lo mas power, pero vi a la abuelita colgando las guaguas en el tendedero de ropa bajo ese apocalíptico cielo y ya me empezó a agradar la idea... era el disco "Youthanasia" luego lo puse en el reproductor y ya no pude dejar de escucharlo... hasta hoy. Desde ese momento Dave Moustain me sorprende cada dia mas, la capacidad de generar melodías y letras desgarradoras o a veces humilladoras me parece impresionante, mas de alguna vez me han dado ganas de dedicar "1000 times good bye" a mi ex-polola, o poner a todo chancho "A Tout le monde" cuando estoy depre... son cosas que revuelven la guata. El pasado 6 de Octubre mis intestinos se dieron vuelta como calcetín cuando vino Megadeth a Chile... años esperando ese momento (antes era muy pendejo para verlos en vivo), años queriendo sentir el mismo revoltijo de guatas que cuando escuchaba sus discos, 26 canciones coreadas y con una potencia sin igual... nunca me sentí tan adrenalínico sin necesidad de tirarme en Benji o de jugar paintball... era la banda sonora de mi adolescencia, era la compañía de tantas cervezas y estaba ahí... tocando para mi... ahora ya saben que pasa cuando muevo la cervical... gracias San Moustain por favor concedido.

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